Si hace unos días te hablábamos del novedoso pilates en la pared, hoy te traemos un deporte que en los últimos meses se ha puesto de moda en la mayoría de gimnasios de toda España. Hablamos de saltar a la comba, y es que algo tan sencillo como este juego de nuestra infancia puede llevarte a perder bastantes calorías, ya que vamos a conseguir que nuestro corazón, y por tanto nuestro metabolismo, se acelere.
¿Qué beneficios esconde?
Pues bien, se trata de un deporte muy completo que basta con practicar 10 minutos al día. Además, no necesitas ir al gimnasio para hacerlo, ya que puedes practicarlo en tu propia casa, sólo necesitas un espacio diáfano y techos altos. Es una rutina que puedes ir incrementando poco a poco según vayas cogiendo más resistencia. De hecho, llegarás a quemar más calorías saltando a la comba 10 minutos a alta intensidad que corriendo durante media hora.
Es importante que después de saltar a la comba estires para evitar que los músculos se carguen. Y recuerda que si tu objetivo es perder peso, no sólo basta con hacer ejercicio, también tendrás que seguir una alimentación y un estilo de vida saludable.
Saltar a la comba es una de las rutinas cardiovasculares más completas. Ayuda a mejorar la coordinación, la agilidad y la resistencia mientras se tonifican los abdominales y se quema grasa.
No te preocupes si nada más empezar notas que te cansas muy rápido, pronto irás cogiendo fondo e irás aguantando más. Según diferentes estudios, con el salto a la cuerda se pueden llegar a quemar entre 300 y 450 calorías en 30 minutos. Todo dependerá del ritmo y la intensidad del entrenamiento. Así que ve con calma, poco a poco podrás aguantar más.
¿Qué comba elegir?
Una cuerda ligera nos ayudará a llevar un ritmo más rápido, y una más pesada conseguirá que debamos hacer más esfuerzo. También hay que tener en cuenta que las empuñaduras giren 360 grados para evitar que se enganchen. Fíjate también en el grosor de la cuerda: a mayor grosor, más resistencia; y en la altura: pisa el centro de la cuerda en el centro y estira hasta que las empuñaduras te lleguen al pecho. Cuando vayas ganando destreza podrás acortarla, pero nunca más de 5 centímetros.
Por último, cuando te dispongas a saltar, recuerda mover solo las muñecas, los codos deben estar flexionados a 90 grados.